«Dar calabazas…» ¡¡Menuda expresión!!, ya en el 1780 se recogía en el Diccionario de la Academia, la definiría como «desechar las mujeres la proposición de algún novio», su origen, según Gonzalo Correas, se debe a hace unos siglos, que aprendían a nadar usando calabazas bajo el brazo, como si fueran flotadores y las echaban a un lado cuando ya tenían la capacidad de nadar sin ellas. También explican esta expresión al rechazo amoroso por el carácter antiafrodisíaco que les atribuían los antiguos griegos, de modo que dar calabazas sería una invitación a abandonar los devaneos amorosos. En los monasterios de la Edad Media se utilizaban pepitas de calabaza en las cuentas del rosario para alejar pensamientos lascivos…
Bueno, pues a nosotr@s que nos den las calabazas, qué verás que cositas más ricas podemos preparar, jajaja!! Ahí va una…